Saturday, November 27, 2010

La violencia en el espacio de las fronteras sojeras




La violencia de la policía formoseña y terratenientes armados contra gente toba-qom de La Primavera la semana pasada es expresión de un proceso que va mucho más allá del caso de Formosa, y que forma parte de un frente generalizado de confrontaciones por el control del espacio que se está desarrollando en todo el norte argentino.

Y si bien este conflicto fue desencadenado por el plan del gobierno provincial de hacer una sede universitaria en tierras de la comunidad, la expansión sojera en esta zona de Formosa también ha afectado la dinámica de poder que enfrenta la gente toba-qom, sobre todo por la valorización de tierras que reclaman como propias y por la convergencia en la zona de actores que ven a las comunidades aborígenes como "obstáculos para el progreso".

Si bien ha habido cientos de casos de golpizas e incidentes violentos en Salta, Chaco, Santiago del Estero y Jujuy contra aborígenes y criollos por parte de policías o matones mandados por empresarios en disputas por el control del espacio, esta es la primera vez que dicha violencia termina en dos muertos y decenas de heridos, algunos de ellos en estado muy grave. Testigos en el blog de la comunidad de La Primavera han documentado una violencia generalizada contra hombres y mujeres de la comunidad, apaleados por la policía y la banda de terratenientes armados que andaba con ellos.

En otro post me referí a la importancia que las luchas por el espacio público han tenido en el pulso de la historia argentina en la última década. Pero (como bien observó Damián Fernández en un comentario en el blog) me centré sobre todo en luchas por espacios urbanos, y quedaba pendiente explorar el impacto político de disputas territoriales en zonas rurales. Creo que estas luchas en los espacios más marginados y silenciados del país también decidirán buena parte del futuro y del contenido del kirchnerismo.



Desde 2003, he estado haciendo trabajo de campo casi todos los años en la zona más caliente de la expansión sojera en el NOA, alrededor de Las Lajitas y Joaquín V. González en Salta, y también en otras zonas de Salta y de las zonas bajas de Jujuy donde la expansión de los agronegocios ha significado, además de la destrucción de decenas de miles de hectáreas de monte, el desalojo de miles de familias criollas e indígenas que han vivido en esas zonas durante generaciones.



Esto ha generado situaciones donde la lucha por el espacio se reduce a su más cruda corporalidad: la gente poniendo el cuerpo delante de topadoras que vienen a destruir sus ranchos y sembradíos, y sufriendo la violencia de policías y empleados armados que buscan sacarlos de ese lugar para desmontar y crear campos de soja. Aunque muchas de estas confrontaciones terminan en desalojos, en muchos otros casos han logrado ponerle límites a la expropiación y reordenamiento capitalista del espacio, sobre todo cuando estos cuerpos plantados en la defensa de espacios locales han estado articulados a movimientos sociales más amplios que pueden denunciar estos casos a los medios de comunicación y a través de internet.



Por mencionar algunos casos, que he seguido de cerca. En agosto de 2004, los miembros de la comunidad guaraní de Río Blanco Banda Sur (cerca de Orán) detuvieron con sus cuerpos el avance de topadoras del ingenio San Martín del Tabacal sobre su predio, si bien 16 personas fueron heridas por los guardias privados de la empresa y uno de ellos terminó internado.

En julio de 2008, varias familias criollas y guaraníes fueron desalojadas por parte de la policía de Jujuy y topadoras de empresarios sojeros al este de Vinalito, en una zona de Jujuy muy cercana al Chaco salteño. Pero la respuesta política a este desalojo hizo que unas semanas después más de 1.500 personas ocuparan pacíficamente el predio y obligaran a los sojeros a replegarse. Este avance multitudinario logró recuperar más de 1.200 has de tierras para las familias guaraníes y criollas que habían sido desalojadas y además llevó a que el gobierno entregara 4.100 has en propiedad a comunidades guaraníes en un lote contiguo.

En el paraje de Esquinero, cerca de Apolinario Saravia (en Salta, al norte de Las Lajitas), un puñado de familias wichí que vive en la más extrema miseria resiste desde hace años en una pequeña franja de monte que está prácticamente rodeada de plantaciones de soja.



Similares islas de monte con pequeñas comunidades wichí acosadas por el avance de las topadoras existen más al norte al este de Tartagal. En julio de 2006, como resultado de enfrentamientos con empresarios en defensa de sus tierras, José Galarza, dirigente wichí de 73 años de la comunidad de Pozo Nuevo, falleció luego de haber sido herido de gravedad por la policía con 40 perdigones (esta muerte, denunciada por Amnistía Internacional, no tuvo ninguna repercusión en los medios nacionales). No lejos de allí, en Tonono, el cacique de la comunidad señalaba en 2008, luego de que las mujeres y hombres de la comunidad pararan a ocho topadoras que avanzaban sobre tus tierras: "Pararemos con nuestra sangre indígena las topadoras en Tonono".

El hecho de que los cuerpos objeto de violencia sean en muchos casos cuerpos aborígenes tiene mucho que ver con lo desenfrenado del accionar policial-empresarial, lo que ha reavivado memorias de la violencia indiscriminada que hace sólo un siglo era la regla en esos mismos lugares. Y ello se entrelaza con un racismo endémico que ve a la protesta aborigen como expresión de un salvajismo que requiere de una violencia civilizadora y disciplinante.

Estos ejemplos son sólo un puñado dentro de lo que es un frente de confrontaciones generalizado que se da, como decía, en todas las zonas del norte donde los agronegocios están enmarcados en una agresiva expansión espacial.

Es en estas confrontaciones definidas por cuerpos lanzados a disputar el control del espacio que en estos años se ha estado definiendo la historia de buena parte del norte argentino. Y estas disputas están teniendo su impacto en centros urbanos, cual ondas expansivas que están generando importantes formas de solidaridad y militancia en lugares distantes.

En estos días, la violencia en La Primavera ha generado dentro del ala más militante del kirchnerismo y en muchos otros sectores un llamado a terminar con los núcleos de corte feudal que existen dentro del kirchnerismo en su expresión más tradicional, como el que representa Gildo Insfrán, que gobierna Formosa a su antojo desde 1995 y es responsable político de la violencia represiva en La Primavera (Insfrán es de Laguna Blanca, muy cerca de La Primavera, y esta es por ende una de sus zonas de mayor influencia directa). Y esto nos lleva a lo que es una de las grandes cuentas pendientes del kirchnerismo. Si bien la represión policial en Formosa no fue ordenada desde el gobierno nacional, la muerte generada por el aparato represor de Insfrán contradice la narrativa oficial sobre no reprimir la protesta social. Hasta ahora, el gobierno nacional es con su sugestivo silencio un cómplice directo de la violencia. Por ello es hora también de entrelazar la denuncia de lo que pasó en La Primavera con un reclamo colectivo de que se tomen medidas más enérgicas para detener la la violencia expropiadora que sufre gente criolla e indígena que defiende sus espacios locales en muchos otros lugares del país.

Pero es tan importante denunciar el silencio del gobierno nacional como el oportunismo e hipocresía de los grandes medios privados de comunicación, que de repente aparecen preocupados por la situación de los pueblos originarios en Formosa pero sólo porque se trata de "una provincia K". Clarín y La Nación han sido voceros militantes de la patria sojera y han sido abiertamente hostiles a los reclamos territoriales indígenas, sobre todo en el caso de La Nación, que ha sistemáticamente demonizado las demandas mapuche en la Patagonia como una suerte de invasión "chilena" con lazos con el "terrorismo internacional de la ETA y las FARC".

Las luchas por el espacio producidas por cuerpos dolientes en zonas rurales, en este sentido, no dejan de ser disputas mediáticas en las que participan actores basados en las grandes ciudades. Y es en este complejo entramado político-espacial, que une a lugares muy distantes entre sí, que se decidirá el futuro de las resistencias a la expansión territorial de los agronegocios así como el tipo de país que se quiere construir en base a la devastación social que ella genera.

Sunday, November 21, 2010

Una historia espacial del Kirchnerismo, 2001-2010



Un tema central de este blog es que la política se hace fundamentalmente en las calles, en la lucha por el control del espacio público. Y acá propongo una breve reseña de los últimos 10 años de la historia argentina en base a este principio de la política como proceso de confrontación definido por la multitud en el espacio.

El gobierno de Fernando de La Rúa nació y murió matando gente en las calles: en el puente Corrientes-Resistencia a poco de asumir en 1999 (donde la gendarmería mató a dos jóvenes) y en las calles de Buenos Aires del 19 y 20 de diciembre de 2001, donde la policía mató a 34 personas pero a pesar de ello no logró contener la presencia arrolladora de la multitud en el centro de la ciudad. Y fue esta presencia callejera, como sabemos, la que terminó con el gobierno de de la Rúa. Y esta era una presencia de cuerpos en las calles que venía ganando fuerza desde los alzamientos populares de Cutral Có y Tartagal en 1997 y el surgimiento del movimiento piquetero, que en su control de rutas y calles marcaron el mayor desafío político enfrentado hasta ese momento por el gobierno de Menem.




El auge actual del kirchnerismo puede sin duda retrotraerse al alzamiento de la multitud en aquel diciembre de 2001, que marcó la mayor insurrección popular contra el neoliberalismo en América Latina desde el Caracazo de 1989 en Venezuela (la importancia de dicha masacre en Caracas en la historia de la multitud latinoamericana será el objeto de una próxima entrada). El quiebre que diciembre de 2001 marcó en la historia argentina sólo se está apreciando en su verdadera dimensión casi 10 años después.



Y así como el breve gobierno de Rodríguez Saa en diciembre de 2001 fue derrumbado por la nueva presencia de la multitud en la calle, el interregno de Duhalde también llegó a su fin con la masacre de puente Avellaneda en junio de 2002, cuando la violencia desplegada contra la multitud en el espacio público (hecha carne en el asesinato de Santillán y Kosteki) lo obligó a llamar a las elecciones que llevaron a Néstor Kirchner a la presidencia. A diferencia de sus predecesores, Kirchner supo leer el mensaje que venía de las calles.

Pero una vez en el gobierno, el kirchnerimo empezó a enfrentar movilizaciones callejeras por parte de la derecha, que a esta altura también intuía que la calle es la fuente de todo poder. Las primeras y muy masivas manifestaciones lideradas por el "ingenieri" Blumberg en 2004 por el tema de "la inseguridad" fueron la primera expresión de esta reacción, que no obstante no logró generar mayor ímpetu hasta la asunción de Cristina Kirchner.



El momento de mayor auge de la reacción conservadora contra la distribución de la riqueza intentada por Cristina fue sin duda la ocupación de los espacios públicos y rutas del país por los empresarios agrogarcas y sus aliados urbanos en 2008. No es casualidad que el momento de mayor debilidad del kirchnerismo en su breve historia fue el momento en que la derecha ganó el control de los espacios públicos. Se me dirá que en dicho proceso los medios privados de comunicación jugaron un rol central. Sin duda, pero el poder mediático sólo se hizo una efectiva fuerza política cuando pudo movilizar a decenas de miles de cuerpos en calles y rutas.

Desde aquel momento, y en parte por su propia soberbia y miopía, la derecha ha perdido su capacidad de movilizar cuerpos en el espacio. Los llamados a hacer manifestaciones en defensa de las AFJP a punto de ser nacionalizadas y en defensa del grupo Clarín por el tema Fibertel sólo condujeron a manifestaciones raquíticas, de unos pocos cientos de personas. Sólo con la marcha organizada por la Iglesia en contra de la ley de matrimonio igualitario se juntó más gente, pero sólo porque la Iglesia puso todo su aparato institucional y su red de escuelas privadas a tal efecto. Pero ello fue más bien la excepción dentro de un gradual repliegue de la derecha de las calles. Y este repliegue fue también el producto de una contra-ofensiva por parte de quienes apoyan al gobierno en su presencia en el espacio público.



Si bien hubo expresiones callejeras que lo precedieron, la recuperación del kirchnerismo tras la derrota en las elecciones parlamentarias de 2009 tuvo un punto de inflexión con los festejos del bicentenario de mayo de 2010, cuando una multitud sin precedentes en la historia argentina, de varios millones de personas, coparon las calles de Buenos Aires y muchos otros lugares del país para ser parte de una visión de la historia argentina que celebraba a los indígenas, a los desposeídos, al Che y a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, algo inédito para una conmemoración estatal en el país. Todos los analistas fueron sorprendidos por dicha multitud festiva, en parte porque asumían que la política sólo se teje en negociados super-estructurales antes que en las calles.





Y como escribí en las primeras entradas de este blog, el verdadero nacimiento del kirchnerismo como movimiento de masas tuvo lugar cuando una multitud copó las calles para expresar su dolor por la muerte de Néstor Kirchner y para salir en defensa del gobierno de Cristina el 17 y 18 de octubre pasados.

El futuro del kirchnerismo por ende seguirá dependiendo de las formas de poder que se generan en el espacio público por multitudes de cuerpos movilizados. Porque así como la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, la historia de la lucha de clases es la historia de la lucha por el control del espacio.

Friday, November 5, 2010

El Kirchnerismo es un anti-anti-kirchnerismo







El otro día leí un comentario en los foros on line de La Nación que me pareció refleja la experiencia de mucha gente que en estos días se ha estado descubriendo como "kirchnerista". Esta persona decía, espantada por el tono furioso de los foristas "anti-K" que pululan por esos foros: "Yo quiero ser anti-kirchnerista, pero los anti-kirchneristas no me dejan!".

Veamos. Creo que en estos últimos años, muchos mantuvieron una distancia crítica con los gobiernos kirchneristas por temas como los índices de inflación dibujados burdamente por el INDEC, los negociados con mineras canadienses como la Barrick Gold y el tema de los glaciares, los pactos con gobernadores o intendentes siniestros, la vista gorda con la devastación social y ambiental que crea la patria sojera en el NOA, y mil cosas más... Y sin embargo... Y sin embargo, apenas uno leía lo que decían y hacían personas como Macri (con sus espías, su ministro de educación proto-fascista y sus comandos paramilitares dedicados a fajar al pobrerío) Lilita Carrió (ya plenamente asumida como señora gorda de Barrio Norte, que le habla a las señoras de Barrio Norte), Duhalde ("hay que terminar de atacar a las fuerzas armadas"), o Joaquín Morales Solá (repitiendo como un robot que estamos "aislados del mundo" cuando pocas veces la Argentina tuvo tanta presencia en América Latina y el mundo), era como que muchos en realidad se hacían un poco "oficialistas" por el horror que provocaba la idea de que estos personajes fueran a gobernar el país. Y este anti-anti-kirchnerismo hacía de mucha gente un poco más "kirchneristas". Como ese forista de La Nación, que quería ser contrera pero al final no podía justamente por los anti-kirchneristas.

Claro, no todo de este nuevo kirchnerismo que se está gestando es reactivo y anti-anti. Hay mucho de afirmación, de identificación positiva con la política de derechos humanos, con la bajada del cuadro de Videla, con el fin de las AFJP, la ley de matrimonio igualitario, la ley de medios, la asignación universal por hijo, las alianzas con gobiernos progresistas de América Latina, entre muchas otras cosas.

Pero también es indudable que dicha identificación positiva se ha potenciado de manera muy notable y poderosa, sobre todo en su manifestación en las calles el 27 de octubre, en su gestualidad defensiva contra el anti-kirchnerismo y lo que ello representa. Porque si bien es cierto que el anti-kirchnerismo es una bolsa de gatos donde coexiste gente muy distinta (un Duhalde y un Pino Solanas), la expresión más clara y temida de la movida "anti-K" es el intento de crear una restauración conservadora, donde el sentido común de Clarín-LaNación-Macri-Mariano Grondona se vuelvan el sentido común de la política de estado. O sea, la vuelta al sentido común de un Menem y un De La Rúa, donde era impensable que las Madres de Plaza de Mayo se abrazaran con el presidente de la nación.

El 15 de octubre pasado, 12 días antes que muriera Kirchner, Mempo Giardinelli escribía en Página12 sobre una pesadilla que tuvo, en la cual Cobos asumía como presidente. En esa pesadilla de un gobierno de Cobos:

Su ministro del Interior era el señor Eduardo Duhalde y en Economía hacían cola para ser designados los señores López Murphy, Broda, Redrado e incluso el siempre disponible Sr. Domingo Cavallo. Todos ellos decididos a cancelar rápidamente y por decreto el 82 por ciento móvil. También, y con la misma velocidad, se restablecían las AFJP, se anulaban completa y absolutamente la ley de medios y la de Matrimonio Igualitario, y por supuesto se eliminaban todas las retenciones agropecuarias.

Creo que es el espanto que despierta en muchos esta posibilidad, este anti-anti-kirchnerismo, el que hace a mucha gente ver al gobierno de Cristina de otra forma. Ello no quita, como decía, los gestos afirmativos de identificación. Pero no hace falta ser filosofo o hegeliano para saber que la negatividad y la negación son en la historia, y en la política, fuerzas poderosas.

Tuesday, November 2, 2010

La primera aparición pública del fantasma de Néstor Kirchner


El lunes pasado, el fantasma de Néstor Kirchner fue invocado en forma explícita y pública por primera vez desde su muerte. Y quien lo invocó fue la Presidente de la República.

En Córdoba, Cristina dijo en un acto público, conmovida por el calor y el afecto de la gente: "Estoy un poco menos triste porque por allí está él caminando entre ustedes. Lo siento acá entre ustedes". El fantasma de Néstor Kirchner, que marcó con su repentina aparición, como sugerí en mi primer blog, el nacimiento del kirchnerismo, ciertamente ya había sido invocado antes: por la multitud en la plaza y las calles. Pero ahora era el turno de Cristina, la jefa de Estado. El mensaje fue claro: Néstor Kirchner estará ausente pero en realidad está presente (la esencia del fantasma). Y el que ello fuera dicho por la presidente, ahora su viuda, hizo que el anuncio oficial sobre la presencia del fantasma fuera a partir de entonces Política de Estado.

La reacción entre los (en su mayoría) ferozmente anti-kirchneristas lectores de La Nación en sus foros on line fue realmente notable. Durante varios días, los directores de La Nación había cerrado el acceso a sus foros en aras de contener la desaforada furia anti-K que ellos saben que caracteriza a muchos de sus lectores. El lunes pasado, por primera vez desde el miércoles 27 de octubre, las puertas de los foros de La Nación fueron abiertas de par en par.

Cuando entré a los foros, fue peor de lo que imaginaba. Me encontré con una turba exaltada que, como si hubiera sido maniatada durante varios días interminables, salía ahora a festejar la muerte del odiado "tirano", discípulo directo de "Stalin", "Mao", "Hitler" y "Fidel Castro" (además, obviamente, del mayor cuco de todos: "Chávez"). Pero en realidad, si uno prestaba atención, lo que transmitían no era la alegría que uno siente por una buena noticia. Era una excitación confusa que oscilaba entre lo morboso y lo descontrolado, por parte de gente que no sabía bien qué hacer con esa ebullición que les causó la muerte de Néstor Kirchner. Pero también era una ebullición que resultaba del nerviosismo que les causó ver a la multitud en la calle el otro día, por más que muchos la descalificaban como "los de siempre", "estudiantes violentos" "piqueteros" o, como hizo el inefable Mariano Grondona, como aprendices de "nazis" --esto dicho nada menos que por el padrino intelectual de todas las dictaduras de extrema derecha que han caminado sobre la faz de la Argentina.

Pero más allá de los previsible pero siempre perturbador de esta celebración, lo que me fascinó en realidad fue la manera en que dichos foristas rabiosos invocaban el fantasma de Néstor Kirchner, una y otra vez, y contra su voluntad.

Muchos lo hacían burlándose de que Cristina lo hubiera invocado como un muerto "que todavía camina entre nosotros". Pero lo interesante es que mientras Cristina no usó, obviamente, la palabra "fantasma", los foristas lo hacían una y otra vez.

Comparto con ustedes algunos comentarios entre muchos otros, sacados de la nota publicada en La Nación on line sobre los dichos de Cristina el 2 de noviembre:

986, aslindumbar: "POR DIOS, NINGÚN ENGENDRO ESTÁ CAMINANDO A MI LADO, QUE LOS ARCÁNGELES ME PROTEJAN!!!!"

968 r_gonzalez2009: "DUHALDE 2011................Y SE VAN TODOS ESTOS FANTASMAS......"

935 Ingenieril "Caminando entre nosostros???...urgente un exorcista!!!!!"

Por un lado, surgió como vemos el clamor por el exorcismo del fantasma, invocando en este caso a "Duhalde" o "los arcángeles". Todo con tono burlón claro está, pero pidiendo un exorcismo al fin.

Pero en realidad lo que más me impactó fue que lo que más parecía perturbar a muchos foristas anti-K, era que en realidad no podían saber con certeza de que Kirchner hubiera realmente muerto. Cito a "Rhinal" en el comentario 807:

"DIOS NOS LIBRE DE ENCONTRARNOS CAMINANDO ENTRE NOSOTROS NUEVAMENTE A ESA RATA INMUNDA!!!!!!!!!!!!!!!!!! QUE CAMINE EN LA CASA DE KRETINA SI QUIERE, NOSOTROS NO QUEREMOS VERLO NUNCA MAS!!!!!!!!!!!!! YA BASTANTE MAL TRAJO AL PAIS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! A PROPOSITO LE PREGUNTO A KRETINA PORQUE OCULTARON SU CUERPO?, ACASO HIZO LA GRAN YABRAN? O SE PEGO UN TIRO? O LE ROMPISTES LA CARA A GOLPES? LO UNICO QUE CIERRA BIEN ES EL ATAUD, ME GUSTARIA ABRIRLO Y VERLO MUERTO PARA DORMIR TRANQUILO, ALGO ME DICE QUE NO ES ASI!!!!!!!!!!!!"

En sus gritos escritos en mayúsculas, Rhinal estaba muy perturbado porque no llegó a ver el cuerpo muerto de Néstor Kirchner, que como sabemos fue velado a cajón cerrado (y ahora se me ocurre preguntarme, lo del cajón cerrado no habrá sido otra jugada realmente magistral, aunque tal vez no plenamente consciente, de Cristina?). En otras palabras, no hay evidencia fotográfica de su muerte. Y Rhinal pedía ver el cadáver "para dormir tranquilo". Porque, como él mismo dice, "algo me dice que no es así".

El reclamo de Rhinal de "ver el cuerpo" era reiterado una y otra vez por decenas de los foristas anti-K más diversos, y en sólo 20 minutos encontré decenas de comentarios similares. Por ejemplo (el énfasis es mío):

925 Susvin2010: "Por ahí es cierto que El aún está caminando entre nosotros. La primera reacción de mi mujer al ver que lo velaban a cajón cerrado fue decir. Ese no está allá adentro, por que no lo velaron como a Alfonsín? Yo le respondí que no fuera tan paranoica que esto no podía ser otro caso Yabrán, pero muchas veces las mujeres tienen ese sexto sentido que trasciende la lógica. Espero que esta vez esté equivocada!!"

Otra forista comentó a esta misma entrada: #1 abril14" No es la unica, conozco gente que tambien lo piensa, incluso he llegado a pensar lo mismo. Espero tambien estar equivocada"

Pensemos un poco sobre todo esto. Los antropólogos hemos aprendido un par de cosas sobre el poder sociológico y político de los fantasmas, no sólo entre tribus exóticas sino también en las políticas de los estados modernos. Y es verdad que son pocos los casos de una figura política de tamaña envergadura de la que no haya una foto en su lecho de muerte. Tenemos fotos de Evita, el Che, Pinochet, Franco, Juan Pablo II muertos, pero no de Kirchner... No existe una representación de su cuerpo inerte, ido, sin vida, ni fuerza, ni movimiento. Sólo nos quedan imágenes de su presencia en vida, lleno de ebullición. Y esas fotos en vida potencian la fuerza de su actual y fantásmica ausencia.

En el foro de La Nación, era como que parte de la exaltación que mostraba los anti-kirchneristas que lo invadieron resultaba no sólo de que Néstor Kirchner estaba muerto sino que en realidad no tenía una prueba realmente contundente de que ello hubiera pasado. Eso los atemorizaba, por más que lo mencionaran con un tono socarrón, despectivo, inseguro, canchero...

Muchos de los que sienten un desprecio y rechazo visceral por el gobierno realmente temen, como ellos mismos lo admiten, que Néstor Kirchner no esté muerto. Es el miedo a ese fantasma de Néstor Kirchner que sigue caminando entre nosotros.